Servicios: Chimeneas extractoras anti-radón.

Una solución fácil y económica contra el gas radón en viviendas y locales.

Chimeneitor colabora con el Laboratorio de Radiactividad Ambiental de la Universidad de Cantabria para realizar y homologar las mediciones y niveles de gas radón en su vivienda.

Debido a que el radón no puede ser percibido por ninguno de los sentidos del ser humano, medir su concentración es la única forma de saber si una vivienda o lugar de trabajo si tiene gas radón en concentraciones que ponen en riesgo la salud.

Se pueden hacer mediciones instantáneas (1 día), a medio (1-2 semanas), o a largo plazo (3 meses). Las primeras son poco recomendables, pues dan valores puntuales que pueden variar por la presión atmosférica del momento, la humedad relativa del suelo y del aire, temperatura, estación del año, etc.

La medición debe seguir un protocolo estricto, en actuaciones y tiempos, calibrada en aparatos y confirmada por un laboratorio independiente, ajeno a la empresa instaladora y bajo la supervisión del Consejo de Seguridad Nuclear.

Los sótanos y las plantas bajas, debido a su proximidad al suelo y por ser el radón más denso que el aire, presentan  las concentraciones más elevadas.

La ventilación de la casa es la medida más sencilla, como método rutinario, aunque sólo reduce un porcentaje limitado, menor del 20%, y eso si se mantiene dos horas lo que resulta absurdo en climas como el atlántico o continental y va en contra de toda política de ahorro energético, por lo que, en casas muy contaminadas, ventilar no llega para resolver el problema. Tendrán que tomarse medidas como el cierre de fisuras y grietas y practicar aberturas de aireación en sótanos o entresuelos en los que se acumula mayor cantidad de radón que difunde luego hacia los pisos superiores, entre otras posibles medidas.

Chimeneitor realiza en primer lugar una visita a su domicilio y recoge datos de  las características arquitectónicas de la vivienda (tipo de construcción y materiales, ubicación, superficie, etc.), para poder diagnosticar y analizar posteriormente un caso susceptible de contaminación por gas radón.

El procedimiento para medir este gas es muy sencillo, se colocan en diversas viviendas, habitaciones o dependencias  unos pequeños botes (de menor tamaño que un paquete de tabaco) ubicados estratégicamente entre  1 y 1`5 metros de suelo. Estos medidores, efectúan  su función durante 6 meses y después serán recogidos y enviados a un laboratorio autorizado, que registrará los datos e informará sobre los resultados obtenidos.

¿Qué es el gas radón?

Un asesino invisible. Así podríamos definir al gas radón (Rn-222), un agente altamente tóxico mucho más peligroso que el monóxido de carbono. Es un gas noble radiactivo, que tiene su origen en la desintegración del uranio (U) en radio (Ra), que no tiene color ni olor, ni sabor y que puede acumularse en los edificios y en viviendas amenazando la salud mediante diversas enfermedades mortales como el cáncer.

El gas radiactivo es inofensivo en el espacio exterior, pero puede tener graves consecuencias para la salud cuando se acumula en espacios cerrados por encima de ciertos límites.

¿Dónde se encuentra?

El CSN (Consejo de Seguridad Nuclear) señala Galicia, algunas zonas de Madrid, Salamanca, Ávila, Toledo, Cáceres, Sevilla, Córdoba, Jaén, Almería y Gran Canaria como las zonas de mayor exposición.

La abundancia de granito, tanto en los terrenos como en los materiales de construcción, convierten las sierras de Guadarrama y Gredos en un caldo de cultivo del gas radiactivo. El granito, que contiene uranio natural (U-238), junto a algunos tipos de pizarra y los yesos fosfatados, figuran entre los materiales que emiten mayores concentraciones de radón.

En España aproximadamente el 69,3 % de la radiación recibida por la población es de origen natural y de ella el 34% procede del radón.

Normativa

La UE obliga al Gobierno a eliminar el radón en viviendas y lugares de trabajo tras 30 años de alertas científicas ignoradas.

El pasado jueves, 8 de febrero de 2018, entró en vigor la directiva europea (2013/59/Euratom) que obliga a controlar el gas radón en las viviendas. Esta nueva normativa obliga a partir de ahora a los gobiernos a realizar mediciones en lugares de riesgo y a mitigar la concentración de radón en aquellas zonas en las que se registre un mínimo de 300 becquerelios (Bq) por metro cúbico, la unidad utilizada para medir este gas.

Este reglamento establece que los países miembros de la UE podrán introducir requisitos específicos en los códigos técnicos de edificación que eviten la entrada de este gas en los inmuebles de nueva construcción y fomenten su reducción en las casas ya construidas.

No obstante, aunque una disposición como esta siempre es bien recibida, también establece límites inferiores a los deseados, ya que en Estados Unidos el nivel máximo está establecido en los 148 becquerelios y la OMS fija en 100 Bq la frontera a partir de la cual el radón comienza a ser peligroso para la salud.

La Agencia Norteamericana de Protección Ambiental pone un límite de 100 Bq, y se estima que una exposición prolongada a esta dosis tiene un riesgo para la salud comparable al de fumar medio paquete de cigarrillos al día o someterse a 200 radiografías anuales.

Riesgos para la salud

Radón, un gas cancerígeno.

Supone el 14% de cáncer de pulmón en la población, la segunda causa después del tabaquismo y la primera causa entre los no fumadores.

El gas radón está presente en el aire que respiramos en nuestros hogares. Cuando al respirar, lo incorporamos a nuestro torrente respiratorio, las partículas altamente radiactivas, se adhieren al tejido pulmonar donde irradian las células broncopulmonares.

Organizaciones de Salud Pública advierten del peligro de la exposición al gas radón. Estas son:

• La Organización Mundial de la Salud de Naciones Unidas (OMS) estima que hasta un 14 % de los casos de cáncer de pulmón son ocasionados por la exposición a este gas en el interior de los edificios.

• La Agencia de Protección medioambiental de Estados Unidos (EPA) y la Asociación Americana del Pulmón (ALA): afirma que el radón es la primera causa de cáncer de pulmón en no fumadores.

• Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT): En España, en 1943 son realizados los primeros trabajos que citan al radón como posible cancerígeno. Los efectos encontrados en estudios posteriores, revelaron hiperactividad en piel, en los pulmones y en las glándulas suprarrenales.

• Agencia Internacional para la Investigación contra el Cáncer: En 1988, estableció que el radón era cancerígeno.

• Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)

• Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM): Teniendo en cuenta los datos de muertes anuales por cáncer para el 2012 y las conclusiones de estudios europeos que estiman que el 2% de todas las muertes por cáncer son causadas por radón, en España este año podrían producirse más de 2.000 muertes en las que interviene el gas radón. Cifra del mismo orden que las muertes causadas anualmente por los accidentes de tráfico en España.